El consejero del Tribunal de Cuentas y Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales Juan Velarde y el Premio Infanta Cristina 2009, Manuel Lagares participaron ayer viernes 26 de enero en el Monográfico "Las tres crisis del reinado de Juan Carlos I", organizado por el Museo Adolfo Suárez y la Transición.
Tanto Velarde como Lagares coincidieron en señalar que en la actualidad España es un país muy diferente al de la primera crisis de la Transición, pero también al que sufrió la de mediados de los noventa y que la actual crisis es "más larga" que la de las anteriores, las dos crisis anteriores "se resolvían en periodos de tiempo muy cortos de uno o dos años", frente a la presente, cuyo inicio sitúan ambos economistas entre 2006 y 2007.
Para Manuel Lagares, la actual tiene un "rasgo diferencial" respecto a las precedentes, ya que la economía española era "radicalmente diferente y la mundial no había cambiado", mientras que ahora se va ha salir "hacia un mundo radicalmente distinto", con centros de poder "distribuidos de otro modo".
En su opinión, se va a pasar "de un mundo bipolar a otro multipolar y distante a los centros de poder de antes".
Respecto a las claves para salir de al situación actual, Lagares considera que "hay que ajustar la situación económica a las posibilidades" del país, reduciendo "sustancialmente" el déficit público e "impulsando el crecimiento económico" mediante "reformas profundas de las estructuras económicas", con el objetivo de que España "se ajuste al cambio económico mundial".
En un sentido similar se ha pronunciado Juan Velarde, al apuntar que España tiene que ser "competitiva con la economía mundial".
Además, ha calificado como "enormemente positivo" el acuerdo alcanzado respecto a la contención de los salarios entre empresarios y sindicatos.
Respecto a la salida de la crisis, ambos consideran que aún faltan varios años, pero que es totalmente necesario no cruzarse de brazos, si no realizar todas las medidas de ajuste necesarias, por muy molestas que resulte, y que los ciudadanos debemos entender que los cambios estructurales son necesarios y que hay que arriesgar, también en aspectos tan controvertidos como la energía ya que sin una energía barata nunca seremos competitivos.
Preguntados por la subida de impuestos ambos consideraron que en el actual escenario es totalmente necesaria para controlar la desviación de déficit aunque pueda resultar “molesta”.